miércoles, 26 de mayo de 2010

Mientras, como esperando que el viento le hiciese llegar su melodía, hasta donde estuviese Eva, siguió deslizando sus dedos por las llaves de tacto nacaradas de su saxofón. Notas desgarradas por la impotencia que le transportaba a rincones maravillosos y vírgenes donde solo se oía el susurro del viento y el latir de las olas del mar, enlazándose con su sinfonía rota.

La chica de la ventana.

LA CHICA DE LA VENTANA 25/05/2006

(nota: lo retomo en mayo de 2010)

Todos los días a tres de la tarde, Javier se asomaba a la ventana de su aula, frente a ella, a través del cristal veía a aquella profesora a la cual no conocía, pero admiraba. Había indagado sobre ella, discretamente, pero solo acertó a saber que impartía las clases de historia contemporánea.
Solían cruzarse por los pasillos de la Escuela de Adultos y de música, pero no se atrevía a hablarle, solo el típico saludo, “buenas tardes” o “buenas noches” pero nada más, Javier bajaba la cabeza, queriendo disimular su ansia de entablar conversación con ella.
Uno de tantos días en los que bajaba a la planta baja a tomar café, oyó a uno de los alumnos llamarla por su nombre. ¡Eva! Él sonrió, ¡por fin sabia su nombre! ¡Eva! Le sonaba a gloria.
Javier es profesor de música. Ambas escuelas están en el mismo edificio. Separadas por el tragaluz, un aula enfrente de la otra.
Él solía sentarse al piano de cara hacia la ventana y desde allí, mientras sus ojos veían a Eva dando clase, sus dedos buscaban las notas que de su corazón salían.
-¿Qué día me atreveré a decirle algo más que un mísero saludo?
-pensaba Javier.

El curso iba terminando. El invierno había cedido su espacio a la primavera. Los días eran más largos y con la claridad, Javier veía a la chica de la ventana cada vez más hermosa.
Mientras, sus dedos se iban deslizando por las teclas de su piano, componiendo aquella melodía con cara de mujer desconocida, a la vez que para él, inalcanzable.
La timidez de Javier se anulaba cuando cogía uno de sus dos instrumentos preferidos, el piano y el saxofón, y se dejaba llevar, haciéndolos sonar al ritmo de su imaginación y sus sentimientos, con ellos expresaba todo su interior, todo lo que le gustaría decir a la profesora de historia, mediante sus notas musicales y no sabía decirle con palabras.
Mientras él componía, ella relataba los temas, ajena a todo. Las notas adornaban las palabras en el aula de historia. Eva miraba por la ventana pero no veía a nadie, él había puesto sus instrumentos estratégicamente, de forma que solo él la veía, pero ella a él no. Eva oía las notas musicales, las cuales agradecía, al fin y al cabo, dar clase de historia con un hilo de música de fondo, hacia que los alumnos estuvieran más atentos y fuera más amena y agradable. Aunque no sabía quien era la persona que hacía sonar esas melodías y menos aún que se inspiraban en ella.
El curso escolar llegó a su fin y con ello las vacaciones ansiadas por la mayoría de la gente. El centro cerro hasta el próximo curso. Javier estaba triste, tenían que pasar más de dos meses hasta el inicio del nuevo curso y no vería a la chica de la ventana, a Eva. Había dejado que pasara todo el curso sin atreverse a decirle nada.
La escuela de adultos celebro el fin de curso por un lado y la escuela de música por el suyo, ambas eran independientes dentro del mismo edificio.
Al llegar septiembre, los directores de ambas escuelas se reunieron y pensaron que podían hacer una pequeña fiesta de bienvenida todos juntos para celebrar y motivar el inicio del nuevo curso.
Para Javier, esto suponía una gran alegría, el profesorado del edificio compartido se reunirían por primera vez.
Cuando llego el tan ansiado día, el incipiente autor de entrañables melodías se fue preparando, par llegado el momento saber reaccionar con madurez. Javier tenía 22 años.
El día programado para la fiesta llego y éste busco a la chica de la ventana, pero no la encontraba, pensó que llegaría mas tarde.
Los profesores fueron presentándose. Una señora se le acercó.
-Hola, tu debes de ser de la escuela de música…-Le increpó la señora.
-Si, hola soy Javier, el profe se saxo y de piano.-Le dijo dándole dos besos en la mejilla.
-Encantada, yo soy Carmen, la nueva profesora de historia.
Javier se quedó paralizado, no se lo esperaba y en aquel momento se dio cuenta de que ese tren que solo pasa una vez en la vida y se detiene por un momento esperando que subas, lo había perdido a lo largo del curso anterior.
Javier había puesto todas sus ilusiones en el nuevo curso, pero el destino le había gastado una mala pasada.
La profesora de historia, Eva, la chica de la ventana, ya no estaba, la habían sustituido y él no sabía porque. Javier era un muchacho joven y tímido, por lo que no se había atrevido a preguntar que había pasado con Eva, donde podía estar. Se lamentó de no haber hablado con ella el curso anterior.
-¿A quién irán dirigidas ahora mis melodías?- se preguntó
Mientras, como esperando que el viento le hiciese llegar sus notas hasta donde estuviese Eva, siguio deslizando sus dedos por las llaves de tacto de su saxofón. Notas que parecian rasgadas por la impotencia, pero de una elegancia expresada, digna de cualquier oído sensible que le transportaba a rincones maravillosos y vírgenes donde solo se oía el susurro del viento y el latir de las olas del mar, fundiendose con las notas del saxofón.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Tu dios...29 de Octubre de 1991

Fuertes brazos a mi alrededor.
Mi sangre alterada pide mas pasión.
Tus labios me encuentran.
Recorriendo mi cuerpo, dejan senda de amor, buscando los mios.
Fuego ardiente en todo mi ser, mis entrañas palmotean la llegada de tu dios.
Imponente llegas hasta mí.
Encontrando llameantes deseos hacia tu pasión.
Salen notas de música de tus poros, impresos en rica miel.
Me elevas hasta las nubes mientras gritas mi nombre al entregarme tu dios.
Cae la calma.
Rebrota el calor.
Todo mio eres en este momento, hasta lo mas grande te puedo pedir, que me lo ibas a dar, ardiente en deseo.
Castillos de estrellas clarean en tus ojos.
Cenizas que renacen se encienden en tu sonrisa.
Florece la rosa en tu corazón.
¡Mira! ha pasado el amor.
¡Cógelo! no lo dejes escapar. El mundo es grande y él pequeño.
¡Compartámoslo entre los dos!
Cógelo sin soltarme; Inyéctamelo para sentiros dentro de mi;
Pasión en mis venas no me falta.
Estallido de color seria todo, si entraseis en ellas.

martes, 11 de mayo de 2010

19 de Noviembre de 1995

Entre el manto negro de la noche se podian vislumbrar dos grandes dioses.
Las siluetas inhertes de las montañas descansando y dormitando.
El cielo mantenia colgadas de él infinidad de estrellas que iluminaban el sueño de la calma y su inocencia.

Mis ojos te buscan entre las siluetas juguetonas y en tristecen, pero los mios admiraran la calma por los dos.
Quisiera amanecer bajo el cielo claro y azul junto a tí, pero está lleno de neblinas que me acompañan.
Regreso sola a casa, escuchando el sonido de la música, ávida de añoranza por tí, sintiendome pequeña ante la inmensidad de la naturaleza que va despertando para ser devorada su tranquilidad por los humanos.

Al calor de nuestra choza 1995

Al calor de nuestra choza se le escapa el humo por la chimenea, en el van enredados, besos abrazos, palabras que quieresn llegar a mullirse en el algodón prendido del cielo, correr y jugar, mientras rien y cuchichean a nuestras espaldas ki grande de nuestro amor.
Te asomas a la ventana por donde se muestran los rayos del sol.
Te miro y sonrio ¡que dulce paz!
Nuestro sueño se realizó, pasó mucho tiempo, pero la espera fue válida y el dolor del pasado está enterrado bajo las margaritas de nuestro jardín.
Sé que nuestros corazones siguen en nuestra choza imaginaria.
Calentandose del frio invierno al calor de la lumbre y esperando juntos, que nuestros cuerpos y nuestra mente se den cuenta de queno pueden seguir mas separados.
Yo tambien pienso que pasará mucho tiempo, hasta que volvamos a estar juntos, en el fondo de mi, algo me dice, que nuestra doloros separación es transitoria y que volveremos a unirnos algún día.
Yo espero ese día en que podamos sentir realizados nuestro sueño, uno junto al otro.

Paseando por el lago -17/11/95

Paseando por la orilla del lago, mirando alrededor y sintiendo en nuestro rostro la caricia del frio, llevando las manos unidas y apretadas como transmitiendo la fuerza del uno al otro.
¡Cuanto amor puede haber en una mirada!
¡Cuanta paz te puede otorgar la sonrisa del ser amado!
¿Cuanto calor sus abrazos!
El lago está calmado, como calmados están nuestros corazones, sus aguas transparentes reflejan radiante felicidad.
Solos, allí, lejos del mundo, ecuchando la música salida de las entrañas del bello lago.
Notas melodiosas y juguetonas danzan a nuestro alrededor.
Suenan saxos y notas de piano a lo lejos, nos miramos, simplemente no miramos y con ello alcanzamos el cielo.
Nadie puede manchar nuestro amor, nadie debe ensuciar nuestro mas preciado ser, pero... el sol se esconde, llega la oscursidad y nuestras manos se sueltan.
¡Te llamo! te sigo llamando mientras siento que alguien te arrastra dejos de mi,
pero ese alguien ... eres tú.

Todo terminó - 16 de Noviembre de 1995

Todo terminó.
Nuestro jardín se secó.
Nuestra choza se derrumbó.
Nuestros planes quedaron atras.

Todo terminó.
Aún sin estar terminado.
Sin darnos tiempo a vivirlo,
sin andar nuestro camino.

Todo terminó
Mi sendero lo ando sola
intentando recoger las flores de la ilusión,
abrigandome con los rayos del sol.

Todo terminó
y mi amor sigue creciendo
mi ilusión quebrantada te sigue esperando,
sin esperar nada de ti.

ya todo termino
sin haberlo comenzado
en las primeras páginas de nuestro prólogo.

A ti.

16 de Noviembre de 1995


En alguna curva de nuestro unido caminar, la ilusiones se separaron, buscando motivaciones diferentes, nuestros corazones cansados se soltaron de la mano, a pesar de continuar rozándose, cuando el hilo invisible tira y se acerca rasgando las yemas de los dedos, impulsando el dolor de lo imposible hacia el corazón.
¿Cómo querer, puede doler tanto? A ti.
¿Cómo puedo amar algo imposible? A ti.
¿Cómo acallar los alaridos de la incomprensión? Por ti.
¿Cómo se puede amar un recuerdo? A ti.

16 de Noviembre de 1995- Sigo enamorada de tí

sigo enamorada de ti,
por estar enamorada del amor,
brotó de mi la pasión y el cariño, por ti
el deseo y la ansiedad de ti,
odio he impotencia por ti.
Coctel de sentimientos que destruyeron
mi corazón de algodón.

Sigo enamorada de ti
por estar enamorada del amor,
la dama de la vida me susurra que nada es eterno,
pero tu has enraizado en mis entrañas,
cómo los grandes arboles se agarran a la tierra seca.

Sigo enamorada de ti,
por estar enamorda del amor
el aurea de tu cuerpo sigue dentro de mi,
el sabor de tus labios continuan en mi piel
Tus brazos imaginados siguen estremeciendome,
pero tú..., tú ya estás muy lejos de mi
y aún sigo enamorada de ti,
por estar enamorada del amor

16 de Noviembre de 1995- si tu me llamases

Si tu me llamases, a pesar de amarte, no iria.
En tu hombro han crecido espinas,
ya no puedo apoyar,
mi sueño en tus brazos,
se tornaria rojo ensangrentado.

Si tu me llamases...
No prodria llegar,
tu recuerdo y mi presente
llorarian lágimas de hiel
haciendo tambalear mi cordura
recien encontrada lejos de ti.

Si tu me llamases...
no lo hagas, no quiero oir las notas de tu voz.
Dimelo, como lo dices, con la mirada,
que yo lo pueda sentir
y no lo pueda oir,
así mi propio temor me hará huir de ti.

Si tu me llamases,
mí orgullo me haría retroceder,
tu rostro se torna fresco como la rosa,
mas tu cuerpo, tus actos, son el tallo y sus espinas,
que aún llevo clavadas en mí.
quiero mantener nuestros recuerdos vivos y alegres.

si tu me llamases.
No, se que no lo harias,
pues tus susurros de amor,
estan clavados en otro rostro.

A tí, mi pequeño gorrión

15 de Noviembre de 1995


A ti, mi pequeño gorrión aguileño. Quieres alzar tus alas heridas buscando tu camino entre nubes y tormentas, ansiando los rayos de sol que te den calor y la calma serena del mar.
Fingiendo la fortaleza del águila en tu lucha diaria, para forjar, tu tierno y joven corazón. A salvo entre tus garras de ave rapaz inventadas, surcando el cielo lo mas alto posible, donde está inalcanzable tu alma de gorrión al acecho cuando quieren hurgar en tu interior, defendiendo tu infantil y cruel pasado.
Te quiero tanto mi pequeño gorrión a pesar de tener las heridas de tus garras en mí, pusiste todas tus fuerzas para que te amase pero…, alzaste tu vuelo para anidar en otro nido mas confortable, me apartas de tu ruta, mi pequeño hombre, sigues queriendo que mi nido te acojas cuando tu vuelo va a ras del suelo y añoras el calor de mis viejas alas sangrantes
.